En Estambul uno podría quedarse la vida entera. Es enorme, cosmopolita, dinámica; es mitad occidental y mitad oriental, por lo cual combina lo mejor de los dos mundos; tiene algo de conocido y algo de exótico, algo de misterio y fascinación, de opulencia y simplicidad, algo cotidiano y algo burbujeante. Con tres días nos basta para percibir esta inmensidad y así querer volver por más.

Algo similar a lo que ahora voy a contarles es lo que hice, sumado por algunos ajustes que hubiese hecho si lo hubiese sabido antes. En mi caso, aproveché que Estambul estaba al principio y al final del recorrido para darle una segunda oportunidad a algunos puntos (bah, a los bazares, para qué mentirles!) donde me había quedado con ganas de más. ¿Listos para caminar?

Día 1: Sultanahmet, centro histórico 

Podríamos decir que Sultanahmet es el epicentro turístico (o el caso histórico). En esta zona se encuentran al menos cinco de las principales «cosas a ver»: la Mezquita Azul, el hipodromo, Santa Sofía (o Hagia Sofia, si ya estamos compenetrados con el turco), Topkapi y la Cisterna Basílica.

Este recorrido es considerando que tenemos todo el día. Podemos empezar por Santa Sofía. Nació como iglesia del Papa, fue convertida en mezquita por el Imperio Otomano, y luego transformada en museo por Atartük. Es impresionantemente bella. Además de recorrerla con paciencia, les recomiendo tomar la autoguía para aprovechar la visita. Hay mucho para ver. No se pierdan la vistas de la Mezquita Azul desde las ventanitas del segundo piso.

La entrada cuesta 30 liras turcas. En verano abre de 9 a 19 hs. y en invierno hasta las 17 hs. La venta de entradas cierra una hora antes. El gift shop es una parada obligada: todo lindo y a buenos precios.

Luego, cruzamos la plaza hasta la imponente Mezquita Azul. En verano es genial tomar algo en los paradores y sentarse a mirar la gente pasar antes de cruzar la plaza: un espectáculo de telas y colores. Tengan en cuenta que la mezquita no es un museo si no que allí los musulmanes rezan, razón por la cual los no musulmanes solo pueden ingresar cuando no es horario de rezo. Averiguar pero el mediodía es un horario ideal para visitarla. También es un lugar sagrado por lo cual les pedirán que estén cubiertos por debajo de la rodilla, cabeza y hombros, tanto hombres y mujeres. Si no llevan pañuelos propios, se los darán (o unas túnicas en su defecto). También tendrán que entrar sin zapatos: pata o medias. Pueden llevar mochila o te dan bolsas para guardar todo. La entrada es gratuita. Son datos a tener en cuenta!

La Mezquita Azul es la mezquita más importante de Estambul y se la conoce así ya que tiene más de 20.000 azulejos de color azul que adornan la cúpula y la parte superior de la mezquita. Su nombre en turco es en realidad Sultanahmed Camii, Mezquita del Sultán Ahmed, ya que fue construida por el Sultán Ahmed I entre 1609 y 1616.

Para volver a tomar el tranvía, desde el fondo de la mezquita, pasaremos por el hipódromo. Es una gran plaza abierta con 2 obeliscos. Una vuelta rápida es suficiente.

Aunque el Palacio Topkapi está cerca de Santa Sofía y la Mezquita Azul, les aconsejo hacerla separada por dos razones: la primera es que hay que ir lo más temprano posible para evitar el aluvión de turistas. Lo sé, somos uno más, pero seguro tenemos la ventaja de no ir en tour. Siempre hay gente, pero llegar 9 am nos garantizará algo más de tranquilidad y menos amontonamiento para disfrutarla en todo su esplendor. La segunda, su visita dura un promedio de 3 horas a paso tranquilo como para disfrutarlo, y un poco más también. Así que lo vamos a dejar para el día 3. Le voy a sumar también la Cisterna Basílica, pero ésta se recorre en 30 minutos, así que queda a decisión del cansancio de cada uno.

Para aprovechar la tarde nos corrimos hasta Kabatas, la última estación del tranvía desde Sultanahmet (y también donde desemboca el funicular de Taksim), y llegamos hasta el Palacio Dolmenace. Llegamos tarde porque cerraba a las 16 hs., así que ya saben: a correr! Se almuerza en el camino. Éste me quedó pendiente, pero me lo han recomendado. Acá cerquita está el puerto desde donde salen los cruceros por el Bósforo. Hicimos tiempo en la cafetería del palacio que, por cierto,  está pegado al Bósforo así que tomamos algo aprovechando ese paisaje hermoso. Pero primero sacamos los tickets. El paseo duró una hora y media aprox. También hay otros cruceros que salen desde el muelle de Eminönü, al lado del puente de Gálata. Son todos bastante similares y salen más o menos lo mismo (unas 7,5 liras turcas).

El día es largo, así que aquí les recomiendo una cena rápida por Sultanahmet: turístico pero rápido y bastante local.

Día 2: Los bazares y el Puente de Gálata

A los bazares corresponde dedicarles un día. Si se los quiere recorrer como se debe, hay que dedicarles tiempo. Los principales son el Gran bazar y el Bazar de especias. Merecen un post aparte, así que el detalle lo encontrarán ahí. Sepan que acá son entre 6 y 8 horas entre los dos, 4 hs. si son rapiditos y no se tientan con nada (no les creo). Desde pashminas y artesanías, hasta especias, alfombras y lámparas. Mucho para ver y comprar.

Para cena les recomiendo ir a alguno de los bolichitos abajo del Puente de Gálata: mariscos, pescados y casi todo bastante similar. Excelentes vistas desde cualquier lugar. A nosotras nos tocó una noche con fuegos artificiales, así que mejor, imposible. En la zona se junta mucha gente y a la noche hay que ir atento, pero nada fuera de lo normal.

Día 3: Palacio Topkapi y Taksim

Como les dije antes, hoy nos toca ir temprano al Palacio Topkapi. Para mí uno de los lugares más bellos que visité. El Palacio Topkapi es el mejor reflejo de la época imperial en Estambul y simboliza el poder que alcanzó Constantinopla como sede del Imperio Otomano. Desde este palacio los sultanes gobernaron su imperio hasta mediados del siglo XIX. Es imperdible el Harem, donde ocurría toda la vida familiar del palacio, y las cocinas (no se les puede sacar fotos, así que no hay adelantos). Son increíbles los miles de azulejos y todas las decoraciones.

El palacio abre de 9 a 17 hs. y la entrada cuesta 30 liras + 15 liras el harem (no se lo pierdan porque es lo que más vale la pena).

Si antes no lo hicieron, vayan a la Basílica Cisterna (o Cisterna de Yerebatan). La Cisterna Basílica es una de las múltiples cisternas que hay en Estambul. Las cisternas sondepósitos que se construyeron para que la ciudad tuviera reservas de agua en caso de ser atacada. Tiene 336 columnas de 9 metros de altura. Los estilos de las columnas son muy variados, ya que fueron reutilizadas de antiguas estructuras y monumentos traídos por los romanos.

El paseo se hace descendiendo por unas escaleras que conducen a unas pasarelas que van por encima del agua. Las luces y los peces lo convierten en un ambiente a visitar. No se pierdan, al fondo, las dos cabezas de Medusas que hay. Si viajan en verano, es un buen refugio a la hora del sol. Y, si les queda tiempo, no pierdan la oportunidad de tomar un baño turco (si se animan!).

Esta atardecer nada mejor que pasarlo cruzando el puente de Gálata y caminar hasta la torre de Gálata, emblema de la ciudad. Desde allí caminar por la calle peatonal Istikal y cenar en alguno de los bare so restaurantes de la zona de Taksim, que dan en muchos casos al Bósforo.

¿Cómo moverse por la ciudad?

La verdad que lo mejor es ir a pie siempre que se pueda. Moverse por Sultanahmet y los bazares se puede hacer tranquilamente caminando. Pero si se quiere cruzar el Bósforo, ir a Taksim o ir un poco más lejos, conviene tomar el tranvía que recorre casi toda la ciudad. Está abierto de 6 am a 12 de la noche.

Lo mejor es comprar la Istanbulkart (la SUBE turca) por 10 liras turcas, se puede recargar y no es unipersonal. Cada viaje cuesta 1,50 liras turcas. Si no, se pueden comprar los Jetones por cada viaje. Ambos se pueden usar en el funicular de Taksim y en el metro. No probé los buses.

Ahora, nos recomendaron varias veces no tomar taxi en la calle. Si queríamos un taxi, debíamos entrar a un hotel y pedir un radiotaxi. Suelen estafarle mal a los turistas. La clásica: te cambian el billete (y andá a discutirle al señor en turco). Preferimos no usarlo.

¿Cómo llegar desde el aeropuerto?

Acá probamos las 2 opciones: combi y metro /tranvía. Si llegás tarde y cargado, lo mejor es la combi. Eso hicimos al llegar. Las calles son  irregulares, hay muchas cortadas, cuesta arriba, con empedrado, marcha y contramarcha. Lo seguro fue contratar un bus compartido desde el aeropuerto de Atartük, el Istanbul Airport Shuttle. Cada tramo nos costó 10 euros (hicimos ida y vuelta), reservamos por internet (está en inglés) y pagamos al conductor al llegar (lo único malo, porque hubo que hacer la conversión a liras turcas que fue un poco engorroso). Dura aprox. 30/40 minutos.

Ahora, como de Estambul fuimos a hacer un tour por el interior y volvimos desde Dalaman con una valija chica al mediodía y ya conocíamos la ciudad y el hotel donde parábamos, de esa vuelta elegimos volver en metro hasta Sultanahmet. Directo y barato. Sale desde dentro del aeropuerto. La estación de metro del aeropuerto de Atartuk es Havalimani. Hay que ir hasta Zeytinburnu y ahí hacer combinación con el tranvía hasta donde estés parando. En este caso era la estación Sultanahmet. Nos costó un poquitito encontrarla (o ubicarnos) pero como siempre, casi todos van para allí. Eso sí, no mostrar cara de turista! También dura 30/40 minutos (si no se pierden), pero vale considerablemente menos. Para moverse vale la pena sacar la Istanbulkart

¿Dónde alojarse?

Acá depende del gusto de cada uno. Si te gusta estar donde está la movida nocturno, vas a preferir parar en Taksim, aunque luego te tengas que mover siempre al casco histórico para hacer las visitas turísticas.

Si, en cambio, preferís parar en el casco histótico, lo mejor es parar en Sultanahmet. Aquí hay lugares para comer, pero cuando quise cenar diferente fui en tranvía hasta el Bósforo, Gálata o Taksim. Mi elección fue ésta y no me arrepiento. El hotel, muy moderno y bonito (y nada caro) fue el Aybar Hotel Boutique. Lo recomiendo. Excelente desayuno y buenísima atención (especialmente de Ayca).